Los modelos climáticos son cada vez más inciertos sobre la llegada de “La Niña” y sigue habiendo incertidumbres sobre cuándo se produciría el fenómeno climático.
Según los nuevos pronósticos y proyecciones vigentes, ahora la llegada parecería más probable en los meses de la primavera austral de 2.024 o incluso más hacía fin de año extendiéndose hasta los primeros meses de 2.025.
Contrariamente a lo que indicaban muchos pronósticos de meses anteriores, a mediados de julio todavía se registran condiciones neutras, y la porción más occidental del Pacífico Ecuatorial aún muestra remanentes de “El Niño”.