El precio de la soja cayó ayer un 2,4% en la Bolsa de Chicago, como consecuencia del favorable avance de la siembra estadounidense 2018/2019 y de la falta de alivio diplomático para las tensiones vigentes entre los gobiernos de los Estados Unidos y de China, que podría derivar en la imposición de un arancel del 25% para la mercadería enviada desde EE.UU. hacia puertos chinos.
Al momento de fijar los ajustes, las pizarras mostraron quitas de US$9,18 y de 9,27 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos valores resultaron de 368,27 y de 371,67 dólares por tonelada. La tónica bajista comprendió, asimismo, a la harina de soja, que perdió US$10,58 tras caer de 434,75 a 424,17 dólares.
Tras el cierre del mercado, ayer el USDA relevó el avance de la siembra de soja sobre el 15% del área apta, por encima del 13% vigente en 2017 y del 14% previsto por el mercado.
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En el mercado local, las fábricas ofrecieron 6800 pesos por tonelada de soja para la zona del Gran Rosario, 100 pesos menos que el viernes. La merma no fue mayor por la nueva devaluación del peso respecto del dólar y por la inagotable necesidad de mercadería de la industria aceitera.
En el Mercado a Término de Buenos Aires (Matba), las posiciones mayo y julio de la soja resignaron US$4,50 y 4,80, en tanto que sus ajustes fueron de 318,50 y de 323,10 dólares por tonelada.
Las dos caras del trigo
El trigo estadounidense registró ayer la segunda rueda seguida con pérdidas importantes, fueron producto, fundamentalmente, de la firmeza del dólar frente al euro, que acentúa la falta de competitividad del cereal de EE.UU. en el mercado de exportación. El contrato julio en Kansas y en Chicago cayó US$5,97 y 5,42, mientras que su ajuste fue de 198,23 y de 187,95 dólares.
El trigo argentino, en cambio, volvió a subir, dado que los exportadores ofrecieron US$245 por tonelada para Bahía Blanca, Rosario y para Necochea, con alzas de US$5 para los dos primeros puntos de entrega y de US$10 para el tercero. Los molinos pagaron entre 4800 y 5850 pesos por tonelada del cereal.
Fuente: La Nacion
