La incorporación desenfrenada en el negocio de importación de cebolla y las prácticas irregulares en la facturación entre algunos productores y comerciantes habrían incubado la crisis que está afrontando actualmente la producción de cebolla en el país, situación que se agravó por la sobrestimación del Gobierno en el consumo nacional.
Migdalia Gómez, de la Asociación Nicaragüense de Vegetaleros (Aniveg), urgió en la necesidad de ordenar el negocio y producción de cebolla en Nicaragua, al señalar que la situación se ha agravado porque los productores no respetaron la programación de cosecha acordada por región.
Actualmente el setenta por ciento de la producción de cebolla nacional se encuentra en el campo y las bodegas de los comerciantes están abarrotadas de cebolla importada.
Gómez explicó este sábado que el año pasado cuando el Gobierno quitó la limitación en la importación de cebolla hubo un desenfreno en la gente que se metió a traer masivamente el producto, el que era importado inclusive desde China, botando los precios locales.
“Igual lo que nos pasó a nosotros los comercializadores hay nuevos importadores que creen que en este negocio se ganan los millones, así mismo le pasó a los productores que también hay gente que no se dedica a producir cebolla, que típicamente han sido ganaderos, arroceros, frijoleros y ahora se metieron a producir cebolla y ahora los pobres productores (de siempre) están ahogados”, afirmó Gómez.
Cifras infladas
Representantes de Aniveg se reunieron la semana pasada con autoridades del Gobierno en el Banco Central de Nicaragua, pero no lograron acordar ninguna salida a la crisis, debido a la negativa de los productores de ir a dialogar a la mesa, al denunciar que el BCN infló las cifras de consumo mensual, situación que los tiene al borde de la quiebra y endeudados.
Según estimaciones de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), el consumo mensual de cebolla en Nicaragua no supera los sesenta mil quintales, pero el BCN en el plan de producción y consumo del año pasado lo sitúa en 73 mil.
Tal ha sido el desorden en las importaciones, que según Gómez hace tres años en Aniveg habían 43 importadores, el cincuenta por ciento tenía permiso permanente para traer cebolla del exterior y el restante lo hacía esporádicamente. Ahora hay 144 importadores de este producto, lo que ha provocado una sobreoferta.
“Los productores deberían estarle diciendo al Gobierno: importadores nuevos no aceptés, nos están afectando”, señala la comerciante, quien apela al diálogo.
“La siembra de cebolla es para productores pobres, no es de gente pudiente, más bien los pudientes que se han metido han dañado. El año pasado se metió gente, como una empresa, pero no le voy a dar el nombre, que se dedica a la venta de otros productos, tiene capacidad de refrigerar un montón de cosas, y se metieron a importar cebolla, las guardaron para cuando no hubiera permiso y son importadores totalmente nuevos, apenas entraron el año pasado”, describió.
Prácticas irregulares
Pero el desorden va más allá de esta situación. Entre 2013 y 2015 el Gobierno le solicitó a los productores un listado con el nombre de los principales compradores de cebolla y el volumen que adquirían para de esa manera determinar el volumen que tenían derecho a importar.
Según Gómez, algunos productores inflaron las facturas de compra de sus compradores propiciando la distorsión que estalló este año. La comerciante ilustra así la práctica irregular: “Muchos productores ya no vendían producción sino facturas… (te decían) me compraste quinientos quintales, pero te voy a poner que me compraste cinco mil y dame veinte mil pesos”.
El presidente de los productores de cebolla del Valle de Sébaco, Adolfo Treminio, admitió este sábado que esa irregularidad ocurrió en años pasados, tanto así que cuando se sentaron con autoridades del Gobierno descubrieron que la suma de toda la producción nacional facturada estaba muy por encima de lo que verdaderamente se había cosechado en los ciclos. No obstante, Treminio dice desconocer qué productores recibieron dinero por inflar las facturas.
Gómez y Treminio creen, sin embargo, que esta práctica irregular no estaría detrás de la crisis actual, porque inmediatamente el Gobierno tras descubrir esta situación comenzó a levantar registros de las siembras y calcular la producción nacional.
Además Treminio niega que haya habido un desorden en la programación de la siembra por zona y atribuye la crisis a las importaciones excesivas.
Difícil panorama
Por su lado, Gómez admite que la crisis no solo está afectando a los productores tradicionales sino también a los comerciantes, que inclusive están teniendo problema para exportar el producto, dado a que en Centroamérica ya se conoce la situación de sobreoferta de cebolla en Nicaragua y por tanto quieren aprovechar la crisis para comprar el producto a precio irreal.
La situación amenaza con agravarse porque las lluvias de las últimas semanas ya estarían haciendo estragos en las cebollas, restando cualquier posibilidad de exportarlas.
Fuente:La Prensa