Francisca Aragón es una sobreviviente del cáncer y desde hace 10 años ha cultivado toda clase de frutas y hortalizas de una manera orgánica, pese a las adversidades del medioambiente.
La finca El Corozal, situada en la comunidad El Túnel, al sur de la ciudad de Masaya, es una muestra del cultivo diversificado, porque allí se cultiva mango, aguacate, níspero, plátano, pipián, chayote, cacao, zapote, limón, mamey, guayaba, papaya, mango de rosa, mechudo, naranja, mandarina, limón real, bambú, etc., que son comercializados en el mercado Ernesto Fernández de Masaya.
“Acá nosotros cultivamos sin químicos y las prácticas nos las ha enseñado la Unión Nacional de Productores y Ganaderos (UNAG), a través del programa Campesino a campesino y después ponemos en práctica todos los conocimientos adquiridos“, dijo Aragón.
ABONO NATURAL
También la pequeña productora mencionó que ha aprendido el manejo del suelo con microorganismos, es decir que la misma hojas de los árboles protegen el suelo; el conservatorio de agua, que consiste en la construcción de enormes piletas, que son llenadas con agua de lluvia y el agua sirve para regar la siembra durante la época seca a través de bambú que son enterrados en la tierra, además utilizan como fertilizante las cáscaras de frutas, estiércol de vaca, caballo, conejo y aserrín, cenizas, carbón, melaza, microorganismos y leguminosas, que son mezclados y se mantiene por un mes.
En tanto, Santos Galán Calero, presidente de la Cooperativa Piquín Guerrero, en la comarca El Pochote, las perspectivas del invierno son buenas, pero también son engañosa, no podemos sembrar, pero hay productores que ya han sembrado, porque puede haber 15 o 20 días de sequía, se pierde la planta, la germinación no es igual y la tierra se reseca y si vuelve a llover, ya perdió su tiempo.
En esta finca se siembra granos básicos, así como yuca y tabaco, porque si solo se siembra un rubro, la tierra se “quema”.
Fuente: El Nuevo Diario