El empresario Carlos Pellas dijo el martes que ante los vaivenes de los precios internacionales, del clima y de las corrientes proteccionistas que entorpecen los accesos a los mercados mundiales, ya no es posible producir azúcar de cualquier manera o al costo más bajo, por lo que instó a impulsar la producción de azúcar de manera sostenible.
“El producir azúcar con altos estándares sociales y ambientales es una ventaja competitiva importante que pronto comenzará a producir beneficios”, resaltó Pellas durante un encuentro que sostuvo con representantes de ingenios azucareros de Centroamérica y México para compartir las buenas prácticas que le valieron al ingenio San Antonio la certificación de Bonsucro.
“Además, en este nuevo entorno ya no basta hacer bien las cosas, sino que muy pronto será un requisito que nuestros sistemas y procesos sean auditados y certificados bajo parámetros y estándares establecidos por instituciones globales e independientes”, sostuvo el empresario en el encuentro de tres días que se realiza en León.
Es precisamente por esta razón que el Ingenio San Antonio sometió a examen sus operaciones en materia social y de sustentabilidad, obteniendo el Bonsucro, y convirtiéndose así en el tercer ingenio en la región en contar con esta certificación.
La novedad, según Mario Amador, gerente del Comité Nacional de Productores de Azúcar, es que la certificación se obtuvo en cuatro meses, cuando hay ingenios que tardan hasta cuatro años.
Simom Usher, presidente de Bonsucro, explicó que a nivel mundial solo 59 ingenios gozan de esta certificación y en Centroamérica tres, en Nicaragua el San Antonio es el primero en lograr este sello.
Con ello, el azúcar que produce el San Antonio se incorpora al selecto 25 por ciento de las superficie de las tierras en el mundo dedicadas a la producción de caña de azúcar que cuentan con la certificación. En estas áreas se cosecha el cuatro por ciento de la producción de la azúcar que se consume en el mundo, explicó Usher, quien viajó desde Londres para participar en el evento.
Entre los indicadores que analiza esta certificación figuran el uso de agua, de energía, prácticas laborales, asuntos sociales, medioambiente y económicos en lo que significa la cadena de valor en la caña de azúcar.
Amador dijo tras trabajar en la calidad, ahora los ingenios están haciendo esfuerzos para producir azúcar sustentable y sostenible y se espera que más ingenios locales se sometan a examen para obtener Bonsucro.
Se espera que la producción del ingenio San Antonio durante la cosecha 2016-2017 sea de 7.1 millones de quintales de azúcar, convirtiéndolo en el tercer ingenio más grande de Centroamérica. En Nicaragua la producción de este ciclo será de 16.1 millones de quintales, estima Amador.
¿Por qué importa esta certificación? Hace un mes en Costa Rica, según Amador, Coca Cola anunció que a partir de 2020 no va a comprar azúcar a ningún ingenio que no tenga la certificación Bonsucro. “Los compradores están demandando cada vez más que el azúcar sea sustentable, que tenga normas de calidad que cumplir, estándares de responsabilidad con tu medioambiente, con tu gente en general”, afirmó Amador.
Van por otra certificación
Durante el evento, Pellas anunción que el ingenio ahora está en proceso de obtener la certificación FairTrade, es decir verificar si sus operaciones están cumpliendo con los mercados estándares establecidos para el comercio justo de su producción.
Michaelyn Bachhuber Baur, directora regional de Solidaridad Network, explicó que entre las buenas prácticas que destacan en el ingenio San Antonio figura un programa de descanso agua y sombra, que involucra a los trabajadores del campo. “Pensamos que ellos están haciendo prácticas muy interesantes que en la región podrían tener mucho interés”, resaltó.
En el caso de la certificación de comercio justo, Baur explicó que se valorará la relación directa con los productores, si el precio que pagan es justo para los pequeños productores y trabajadores. “Se valora un ambiente de transparencia donde haya un diálogo constructivo entre los actores que están trabajando en la industria”, resalta.
Denis Chavarría Espinoza, gerente de salud ocupacional del Ingenio San Antonio, dijo que entre los ajustes que se hizo para obtener la certificación Bonsucro se hizo revisión en las horas trabajadas de los empleados así como la nivelación de la tabla salarial. Destacó que previo a la obtención de este sello, ya venían cumpliendo con la mayoría de las prácticas que se requiere para obtenerla.
El ingenio San Antonio fue escogido como modelo en América Latina después que la organización sin fines de lucro, Solidaridad Network, conociera in situ sus buenas prácticas y considerara que su experiencia puede inspirar a los representantes de los ingenios que están actualmente participando dentro de la iniciativa PanAmericaña.
Fuente: La Prensa