La prolongada sequía ha causado gran temor entre productores de las zonas más afectadas, lo que provoca que no tengan certeza sobre si cultivarán o no

La producción empieza a florecer una vez más en algunas comarcas del municipio de Teustepe, Boaco. el verde de las plantaciones de frijoles, maíz y sorgo se vislumbra como un espejismo ocasionado por el calor característico de la zona. El invierno pasado dejó unos cuantos granos, que alcanzaron al menos para que Ana María Bello haga las tortillas en su hogar, en la comarca La Joya.

Sin quitar la mirada del comal donde echa las tortillas, Bello comenta que es el primer invierno que mira después de tres años de sequía, que ha golpeado el sector cinco de Teustepe, a tal punto que la producción en la zona se detuvo y empujó a sus pobladores a buscar otros rubros o en otros casos, a abandonar el país.

“Gracias a Dios el año pasado sí se nos dio frijoles y maíz, porque nosotros vivimos de la producción de esas dos cosas, se vende una parte (de lo que se produce) para surtirse uno las otras necesidades. Ahorita el clima se mira bonito, pareciera que va a ser temprano el invierno, pero en la televisión dicen que va a ser malo el invierno este año”, agregó.

Tras dos años de sequía intensa, la incertidumbre es el nuevo fenómeno que ahora golpea a los pocos productores que quedan en Teustepe, quienes esperarán los primeros días de lluvia en mayo para decidir sí trabajarán sus tierras o migrarán un año más.

Para los productores de La Joya la cosecha con riego no es una opción, puesto que la comunidad está ubicada en la zona más alta de su municipio y ningún río la bordea. Asimismo, el único pozo que abastece a su población baja su nivel drásticamente con el inicio del verano, por lo cual la producción depende directamente de la lluvia.

Esperarán las primeras lluvias

En su pequeño preescolar comunitario, ubicado en la parte más baja de La Joya, Haydalina Gago se pregunta qué será de este invierno, puesto que la producción es el sustento de su familia. “Vamos a esperar a ver cómo va a ser el invierno, para alistar las semillas y las tierras”, mencionó.

Su hermano Osman Gago es el encargado de la cosecha y aseguró que si el tiempo está “malón” no sembrará este año. Apenas regresó de Costa Rica hace unos días, pero está decidido a volver a ese país si el clima no se presta para el trabajo en el campo. “El problema es que si no nos llueve, estamos listos, no sacamos nada”, sentenció.

La incertidumbre también llegó a las comunidades de Llano Grande, Cusirisne y La Cuesta, donde los productores debaten la posibilidad de la cosecha de este nuevo ciclo. El problema para ellos es el mismo: el miedo de perder, una vez más, toda la inversión que ponen para preparar la cosecha.Ganaderos optimistas

En las comunidades más bajas del sector cinco de Teustepe, los ganaderos se preparan para enfrentar el verano. Su ventaja es un pequeño río que recorre las comunidades de El Chilamate, Aguas Calientes y Las Limas, donde pueden apreciarse silos que almacenarán la comida del ganado.

Según Marcial Brizuela, en su comunidad Aguas Calientes la situación climática mejoró un poco el año anterior y les permitió que el pasto creciera sin problemas. Asimismo, los ganaderos aprendieron a hacer silos para almacenar el alimento.

“Aprendimos a hacer silos para ahorrar para el verano, vino el Mag (Ministerio Agropecuario) y nos enseñó. Este año también estamos tratando de arborizar, porque si hay árboles, hay agua, este año pensamos sembrar el sorgo, para guardar alimento para el verano”, señaló.

Mientras se recorre la única carretera que conecta estas comarcas se escucha el rugido de las picadoras que transforman el pasto para su posterior almacenaje. También pueden observarse varios hoyos, cavados con el fin de convertirlos en silos.

¿Cultivar o emigrar?

Para Gabriel Pérez, representante del grupo de jóvenes Emprendedores en Desafío —que trabaja con la mayoría de estas comunidades— los pobladores de la zona de Teustepe se ven atrapados entre la incertidumbre y la sequía, lo cual los ha empujado a abandonar la producción.

“La sequía ha afectado la agricultura de esta zona, eso ha repercutido mucho en la decisión de muchos pobladores para que emigren en busca de otras oportunidades. Los que se van a Costa Rica empiezan a venir en marzo a ver sí se podrá sembrar ese año, de lo contrario emigran otra vez”, argumentó Pérez.

El joven apuntó que la incertidumbre ha crecido en el sector, puesto que la gente sigue asustada por los fenómenos de El Niño y La Niña. “Eso crea mucha inseguridad en los productores, porque si se arriesgan y no se cosecha nada, sería una pérdida económica para ellos, entonces ahí están en una especie de limbo, sobre si siembran o no”.

Sequía presiona fuerte

Otra zona que se ha visto seriamente afectada por los efectos de la sequía es el Corredor Seco, específicamente en el centro norte. Carlos Zelaya, del Centro Internacional de Agricultura Tropical, aseguró que “el Corredor Seco de la región central de Nicaragua es una zona donde llueve menos de ochocientos milímetros al año, se va expandiendo y no lo hace hacia el Pacífico sino hacia el Caribe, que es lo que está provocando una fuerte migración de campesinos del centro norte hacia el Caribe”, incluyendo zonas vulnerables como la Reserva Bosawas.