En pocos años se ha multiplicado el número de establecimientos, pues los nicas ya buscan café de calidad
Las cafeterías viven un “boom” en Nicaragua. En el Boletín de Estadísticas del Instituto Nicaragüense de Turismo (Intur) en 2010 estaban registradas 247 cafeterías, cifra que en 2015 se elevó a 461, un aumento de 86.63 por ciento y que en 2016 se habría acentuado, pero se comprobará hasta que el instituto publique las cifras actualizadas.
Managua repunta con el número de establecimientos: de las 247 registradas a nivel nacional hasta 2015, 170 estaban en la capital. Además ese año hubo un crecimiento de 8.21 por ciento, ya que en 2014 se reportaban 156 locales de este tipo, de los cuales en su mayoría son marcas nacionales que solo cuentan con un local.
Ejemplo de ello es Tostado & Molido, una nueva cafetería en Carretera Sur, Managua. A un mes desde el inicio de operaciones, sus propietarias Amayda Cruz y Marietha Sánchez, aseguran que las expectativas de aceptación han sido superadas por la cantidad de personas que demandan este tipo de bebidas especializadas.
“En Carretera Sur hay gente con alto poder adquisitivo, hicimos un estudio de mercado en el sector y realmente nos confirmó lo que nosotras pensábamos: que sí había oportunidad para iniciar este negocio, Nicaragua es un lugar donde se puede invertir, (las cafeterías) son un potencial de crecimiento”, dijo Sánchez.
“La demanda de café en la ciudad es fuerte, en el país está creciendo la oferta pero también la población, le es más fácil a la gente entrar a una cafetería a relajarse un poco o para hacer negocios”, indica por su parte Leonel Úbeda, gerente de Cafetería Yunis, que hace dos semanas se inauguró.
El presidente de la Cámara de Comercio y Servicios de Nicaragua (CCSN), Rosendo Mayorga, secunda a los dueños de estos negocios e indica que las cafeterías se están convirtiendo en puntos de encuentro para hacer negocios.
“Nicaragua es un país de moda, que muchos están viniendo a ver por qué y cómo está creciendo y como (los inversionistas) no tienen sus oficinas y vienen a ver cómo está el país, el mejor lugar es una cafetería. Ellos aprovechan a probar una taza de café por la misma fama que tenemos con el café”, destaca Mayorga.
Ese es el enfoque que tienen las cafeterías, que además de servir un buen café sus clientes tengan la opción de tomar de referencia estos locales para realizar encuentros de negocios, amigos o simplemente salir de la rutina, dijo Gabriel Sánchez, encargado de marketing de Tostado & Molido.
El desarrollo de marcas locales también es notorio en los departamentos y a medida que se vaya consumiendo buen café local, el dinero queda en el país, coinciden José Ángel Buitrago, presidente de la Asociación de Exportadores de Café de Nicaragua (Excan) y Edwin Ruiz, director ejecutivo de la Asociación de Cafés Especiales de Nicaragua (ACEN).
En los departamentos con mayor desarrollo turístico es donde se registra mayor incremento de establecimientos de este tipo: Rivas, León, Estelí, Matagalpa y Carazo, según el informe del Intur.
Punto a favor
El reconocimiento que ha tenido el café nicaragüense en el mercado internacional ha sido un “plus” para que las cafeterías sean un atractivo turístico del país; los dueños de estos locales indican que en un inicio los principales consumidores de sus productos eran extranjeros acostumbrados a tomar café de alta calidad, pero esto ha ido cambiando.
“El de Nicaragua es uno de los mejores cafés que se produce en el mundo; anteriormente todo el café se exportaba a otros países, pero ahora los nicaragüenses han tenido la oportunidad de consumirlos en el país”, dice Mayerling Gurdián, propietaria de cafetería Delafinca. Lo que es secundado por Gabriel Sánchez, encargado de marketing de Tostado & Molido, “así como encontramos (nuestro café) en cualquier parte del mundo en cafeterías boutique o cadenas, eso mismo encontrás acá. Creemos en los productos nicaragüenses y su calidad”.
La materia prima de estos establecimientos se produce en el país, lo que baja los costos de producción, aduce Mayorga, presidente de la CCSN. Pero a pesar de esa ventaja, los dueños de cafeterías apuntan que la lucha constante es lograr mantener calidad en los productos, infraestructura adecuada que en su mayoría apuestan por una ambientación familiar y atención sin que el precio de sus bebidas sean muy altos.
Heberto Rivas, propietario de la cafetería Delafinca, explica que “en las cafeterías de especialidad que manejan la producción del grano, el costo del café se disminuye hasta un cincuenta por ciento, pues no tienen intermediarios”. Pero en lo que sí deben invertir es en los equipos que utilizan para la preparación de las bebidas, acondicionamiento de los locales y en el pago del personal; en el caso de las cafeterías que cuentan con baristas profesionales los costos aumentan pero son compensados por la frecuencia con la que regresan los clientes, continúa Rivas.
A consumir calidad
Si bien en el país el consumo de café es alto, la mayoría de este no es de alta calidad.
“En Nicaragua estamos acostumbrados a marcas comerciales, ahora el reto es hacerle ver las bondades de tomar un buen café y culturizarnos en las buenas prácticas en el buen café y servir bien, (…) Cuando viene un extranjero que ha probado nuestro café (en otros países) vienen a buscar un buen café”, señala Rivas.
Según ACEN el treinta por ciento de la producción nacional de café es del tipo especial o de alta calidad, es decir más de 700 mil quintales cada año.
Urgen baristas
El crecimiento de establecimientos especializados en café les exige tener en su personal al menos un barista. Según Edwin Ruiz, director ejecutivo de la Asociación de Cafés Especiales de Nicaragua (ACEN), en el país existen 60 baristas, lo que deja en desventaja a algunos negocios pues el papel que desempeñan en las cafeterías es clave.
“La formación (de baristas) está creciendo de una manera lenta. Un barista calificado tiene que tener pleno conocimiento de las reglas internacionales desde cómo prepararlo, cómo servirlo, tener café fresco, entender el concepto y tenemos que estar pensando que a una cafetería puede llegar gente que nunca ha tomado café a como puede llegar un juez o un entrenador barista, entonces no pueden llevarse una mala impresión”, dijo.
Recomendaciones
La calidad del café no debe descuidarse, sino más bien convertirlo en su prioridad, señala Mayerling Gurdián, propietaria de cafetería Delafinca.
La atención debe ser personalizada sin importar el volumen de lo que consuma el cliente, el que debe quedar con el deseo de volver, afirma Leonel Úbeda, de cafetería Yunis.
La ambientación del local y estar en constante contacto con los clientes debe ser fundamental para mantenerse en una cafetería, la gente viene porque quiere salir de la rutina, indica Marietha Sánchez, copropietaria de la cafetería Tostado & Molido.
35,000 dólares puede ser la inversión en una cafetería básica pero bien equipada, asegura Heberto Rivas, de cafetería Delafinca.