El sector ganadero confía en que el proceso que el Instituto Nacional de Promoción de la Competencia (Procompetencia) abrió en contra de la industria cárnica, concluya con el establecimiento de un mecanismo de fijación para el precio de la carne, tomando como referencia el del mercado internacional.
Sin embargo, la industria dice que utilizará el proceso para demostrar que debido a la cantidad de agentes económicos que participan en el mercado de la carne, no es posible que los mataderos tengan “monopolizado” el mecanismo fijación del precio de la carne.

En octubre pasado la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), la Unión Nacional de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) y la Cámara Nicaragüense del Sector Lácteo (Canislac), representadas por el coordinador del Centro Jurídico de Apoyo al Consumidor, Juan Carlos López, denunciaron ante Procompetencia a cuatro mataderos (Macesa, Novaterra, Nuevo Carnic y San Martín) y una asociación “por la presunta creación de un cártel para la imposición de precios”.

En diciembre la denuncia fue aceptada por Procompetencia y se abrió un proceso que despertó entre los ganaderos la esperanza de que este conflicto que han mantenido por años con la industria finalmente concluya, dice el presidente de Faganic Álvaro Vargas.
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Preparan respuesta

Pero Canicarne prepara la respuesta que presentará ante Procompetencia y pretende utilizar dicho espacio para demostrar que debido a la cantidad de agentes económicos que participan en la compra y venta de ganado, es “imposible” que los mataderos tengan el monopolio de los precios.
“Vamos a aprovechar para aclarar de una vez por todas que el mercado de compra y venta de ganado en Nicaragua es bien amplio y libre. Además de los cuatro mataderos que somos miembros de Canicarne (Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina) hay otros tres: Sukarne, el de Condega y Proincasa y así mismo cada semana en las subastas de Managua, Chontales y otras se transan grandes cantidades de ganado de todos los tamaños, por tanto no es posible tener un monopolio en el precio de compra porque somos muchos los agentes económicos que participamos”, asegura José Daniel Núñez, gerente general del Nuevo Carnic y directivo de Canicarne.

Y mientras los ganaderos insisten en que no hay relación entre las reducciones que aplican los mataderos locales al precio del kilo de carne en canal caliente con los registrados en el mercado internacional a la carne, Núñez sostiene que estos se rigen por la oferta y la demanda.
Además, recuerda que la participación de Nicaragua en el mercado mundial de la carne es tan reducida que no tiene incidencia en la fijación de precios de compra de la materia prima (ganado) ni del producto terminado. “Nosotros presentaremos nuestros argumentos, Procompetencia hará su análisis y dará su veredicto, pero realmente cómo podríamos fijar precio si los agentes económicos son múltiples”, expone Núñez.

Además, recuerda que al final los precios son producto de las negociaciones que a diario cada planta realiza con sus clientes. “Irónicamente las personas que están al frente de esta demanda no las conocemos como vendedoras de ganado, porque en las plantas todos los días se hacen transacciones con los clientes y antes de concretarlas de acuerdo a las posibilidades de cada empresa, nos sentamos a negociar cada uno de ellos incluso los mecanismos de pago”, señala Núñez.

Reducción dispareja

Según la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), un estudio que realizaron entre 2015 y 2016 confirmó que cuando a nivel internacional el precio de la carne bajó 15 por ciento, los mataderos aplicaron una reducción del 32 por ciento al precio que pagan al productor por cada kilo de carne en canal caliente.

Además, pese a esos niveles de reducción, la merma en el precio de la carne que paga el consumidor fue menor al 1 por ciento

FUENTE: LA PRENSA