Aunque parezca paradójico la época de bonanza de precios para la ganadería es en el verano, porque es cuando la industria paga mejor a los productores. Y esta es una de las razones por las que el sector no ha hecho gran esfuerzo por mejorar sus niveles de productividad, justifica Álvaro Vargas Duarte, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic).

Esta situación, por ende, tiene un impacto inmediato en los bosques, porque debido a que los ganaderos tampoco se han preparado para el cambio climático, entonces han tenido que emigrar a las zonas húmedas. Vargas, que en septiembre pasado fue reconocido por la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) como el empresario distinguido del sector, considera que el sector prácticamente camina solo, pese a que es clave en la formación del Producto Interno Bruto.

Al Gobierno le han presentado un sinnúmero de propuestas sobre cómo reducir los rezagos del sector, pero hasta hoy no han obtenido una sola respuesta. Vargas, quien es zootecnista y que actualmente se dedica a la ganadería de doble propósito, admite que debido a que tienen años enfrentados con la industria eso ha ocasionado que Nicaragua se haya quedado vendiendo carne para hamburguesas o tacos en los mercados internacionales, en lugar de especializarse como proveedora de cortes selectos.

¿Por qué la ganadería, siendo clave en la economía, sigue siendo de una de las actividades más retrasadas del país?

Después de tantos estudios que hemos hecho al sector sobre su potencial, que es duplicable, puesto que los rendimientos productivos acá son bajísimos y la carga animal por área de terreno es bajísima, hemos llegado a la conclusión de que un problema básico de nuestro retraso y del porqué la tecnología no ha entrado en nuestras fincas se debe a las dificultades que tenemos en el proceso de comercialización de nuestros productos con la industria. Aquí públicamente la industria de la carne ha dicho que ellos basan su precio en la oferta y demanda nacional, es decir, que entre más oferta de ganado tenés es más barato el precio que pagan. Entonces el ganadero no tiene ese incentivo, que como cualquier rubro de exportación los precios se muevan por la oferta y demanda de los mercados internacionales. Un ejemplo claro acá de ese incentivo es la industria del azúcar, aquí en los últimos 10 años los ingenios azucareros han tenido un incremento como del 400 por ciento, una vez que ellos lograron establecer un mecanismo de pago al cañero. Eso ha permitido que las áreas de siembra de caña se incrementen y también la productividad, porque el cañero sabe cómo va a recibir su precio, independientemente de la oferta que le haga a los ingenios. El precio de la caña al productor es un conglomerado de los precios internacionales, precios preferenciales, precios nacionales… El problema es que como sector vivimos enfrentados permanentemente, no tenemos una alianza, no sabemos lo que el mundo quiere comer y por eso nos hemos dedicado a producir y a vender carne industrial, es decir, carne de hamburguesa, carne de tacos, que se paga más barato en los mercados internacionales.

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¿Creen entonces que el atraso del sector está más vinculado a precios y no a asuntos estructurales y culturales?
Ese problema de comercialización, de precios, es lo que tiene enjaulado al sector porque no tenemos liquidez. Recordá que el sector ganadero ocupa el 2.4 por ciento del crédito nacional. Todo lo que la ganadería exporta está basado en fondos propios, que de por sí son limitados porque no recibimos la bonanza de los mercados internacionales. Aquí el 75-80 por ciento de la ganadería está en manos de pequeños y medianos productores y por eso el acceso al financiamiento se vuelve casi imposible. Creo que la ganadería aporta entre un 18 y 22 por ciento al Producto Interno Bruto, que es bien alto, pero solo ocupamos el 2.4 por ciento del crédito nacional, entonces con ese nivel de acceso al crédito no podemos importar tecnología, no podemos comprarla, porque entonces se incrementan nuestros costos de producción (…), Ahora, cuando el ganado está barato, el productor se ve obligado a deshacerse de más hembras, que teóricamente no debés vender, entonces de alguna manera tocás el inventario del sector.


¿Entonces en qué están basando su crecimiento?
Lo poquito que el sector crece está basado únicamente en el tiempo (clima), en la cantidad de lluvia que cae y en el hato. No está basado ni en producción ni en productividad. La productividad la tenemos a cero porque mientras vos sepás que entre más produzco y más oferto a la industria el precio de mis animales será más barato. Que me explique alguien a mí cuál es el incentivo que tengo de elevar mi productividad, de ofertar más animales. Solo fíjate en el precio de la carne, según el Cetrex, la carne tuvo una disminución de 11.5 por ciento en el precio internacional (en 2016), pero al productor comparado con 2015 tuvimos una disminución —que aún la tenemos— de 35 por ciento. Y más allá al consumidor, según un estudio que hicimos, la libra de posta, que es la carne que más se consume acá, la baja fue de 0.07 por ciento. Entonces esto demuestra que la industria de la carne manipula y maneja los precios a manera antojadiza.

¿Han hecho algún estimado de cuánto requiere el sector ganadero para reconvertir su sistema de producción y no afectar el medioambiente?
Hace cinco o seis años se trabajó un plan de reconversión de la ganadería, que fue un trabajo que se hizo en consenso con todos los gremios ganaderos, el Estado, pero es un documento que ahí está. En ese documento se toma en cuenta qué es lo que nosotros debemos hacer para levantar estas cantidades de productividad, para que en las mismas áreas que ya tenemos destinadas para la ganadería podamos producir más y que esta frontera agrícola no siga avanzando. Y es por eso que vos ves el proyecto firmado con la Unión Europea recientemente, que nació producto de ese plan de reconversión. El problema de esto es que el Gobierno ni siquiera ha llamado a ninguno de los gremios ganaderos, cooperativas de leche, a nadie para este proyecto. Entonces el problema con estos proyectos es que son manejados políticamente, según información de nuestros asociados. También está sucediendo con el programa de cosecha de agua, que es financiado con el Cosude, que tiene como dos años de estar funcionando, estos únicamente benefician a productores afines al Gobierno, no toman en cuenta a los productores organizados ni a asociaciones de ganaderos, a cooperativas… Están escogiendo al productor por sus creencias políticas. Esto va a ser otro freno para poder incrementar nuestra productividad.

¿Qué incidencia ha tenido la ganadería en el avance de la frontera agrícola?
No sé cuántas manzanas hemos avanzado, pero lo que sí te puedo decir es que la ganadería se ha trasladado en un 70 por ciento a las zonas húmedas…
¿Cuál es el papel de la ganadería en el avance de la frontera agrícola?

El deterioro del bosque funciona así: entra el maderero a sacar la madera preciosa para su comercialización, luego llega el agricultor de subsidencia, que es el que bota árboles, quema y siembra. Entonces una vez que ya se sacó la madera, él agarra esa área y siempre por tres años y luego cuando al suelo ya le sacaron todo el nutriente, llega el ganadero a sembrar pasto, porque el pasto no requiere de suelo de calidad. Esta es una tendencia que viene caminando y como el pequeño productor anda buscando lluvia y se mueve a las zonas húmedas y los ganaderos también nos estamos moviendo a esas zonas…

¿Qué ha pasado con el plan de reconversión?
Hasta donde tengo entendido, el plan de reconversión está guardado en el gabinete de muchos de nosotros. El plan solo se ha vuelto una referencia de consulta para saber las estadísticas hasta el momento que se hizo. Nosotros lo usamos como un documento de referencia para hacer algunas cosas internamente. El Gobierno lo tenía que tomar como un camino, dirigir los esfuerzos basados en los lineamientos de ese plan, que es muy completo, pero no ha sido así.


Si la ganadería es clave en la economía, ¿por qué el desarrollo de este sector no se ha tomado en serio?En los últimos tres años el Gobierno ha optado, ha designado un mecanismo que está basado en un Sistema de Producción, Consumo y Comercio, que es coordinado por el presidente del Banco Central de Nicaragua, Ovidio Reyes (…). Nos hemos reunido muchísimo, pero con poquísimos resultados. Nosotros tenemos una unidad ganadera, donde participan la UNAG, Faganic, Canislac, la Conacoop y Upanic y de consenso le entregamos al Gobierno hace tres años una propuesta sobre lo que podemos hacer para desarrollar el sector, pero tenemos muy pocas respuestas a todos estos esfuerzos que nosotros hacemos. La semana que viene nosotros entregaremos al Gobierno otro documento exponiéndole cuál es la agenda que nosotros estamos considerando.

¿Cuáles son los temas que urgen?
Echar a andar el plan de reconversión ganadera; el diseño de una Ley de Fomento al sector ganadero, que también incluirá a la leche, que si bien ya tiene una Ley de Fomento esta no funciona porque no hay fondos para echarla a andar. En el caso de la carne, los diputados ya han metido cuatro iniciativas de ley vinculadas al fomento de la ganadería, pero ninguna ha prosperado. Entonces nosotros agarramos esas cuatro iniciativas, que han llegado a la Asamblea Nacional y no pasan de ahí, y las unificamos para diseñar la Ley de Fomento ganadero…

¿Quién va a financiar esta Ley de Fomento a la ganadería si la Ley de Fomento al sector lácteo no ha funcionado por falta de dinero?
Nosotros consideramos que debemos hacer un esfuerzo el Gobierno y el sector privado para ir a buscar cooperación internacional, aunque sabemos que esta se ha ido del país y nos hemos venido quedando solos. El programa de reconversión tiene un costo de 200 millones de dólares. Entonces podemos ir consiguiendo fondos para cada uno de estos componentes de poquito en poquito. Pero además y que es el tercer tema que vamos a plantearle al Gobierno es que desde hace más de un año consensuamos la creación de un fondo ganadero, que está consensuado con la industria y productores, que podría funcionar como una semilla para traer programas que nos pidan contrapartes…

¿Cuál es la situación de ese fondo?
Ya lo tenemos consensuado, pero está en manos del Gobierno y no lo han echado a andar ni tampoco han trabajado para que se haga Ley o decreto, porque sabemos que para echarlo a funcionar necesitamos una figura jurídica, pero no la tenemos.
Siempre se ha dicho que las exenciones y exoneraciones ayudan a que los sectores sean competitivos. ¿Entonces qué impacto tienen estas en la ganadería?
Las exoneraciones y exenciones que nosotros tenemos son en favor del consumidor, porque nosotros compramos sin IVA los productos veterinarios, por ejemplo, pero también vendemos sin IVA.

Pero se supone que estos incentivos deberían usarse para desarrollar las actividades de económicas…
Estamos claros, pero estos incentivos sirven más para la agricultura, porque en el caso de la maquinaria agrícola o repuestos son menos caros. En el caso de la ganadería lo que más ocupamos y está exonerado de impuestos son los productos veterinarios o accesorios como botas de hules, pero el impacto que tiene en la ganadería las exoneraciones es pequeño comparado con el resto del sector agropecuario donde tienen más uso.

Fuente: LA PRENSA