Fue positivo el balance de la semana para los precios del maíz argentino en el mercado disponible, donde las propuestas de los exportadores aumentaron de 205.000 a 208.000 pesos por tonelada para Bahía Blanca y de 200.000 a 205.000 pesos para la zona del Gran Rosario y para Necochea.
También resultó alcista el saldo semanal del maíz en el Matba Rofex, donde los ajustes de los contratos marzo y abril sumaron un 2,69 y un 1,51%, al pasar de 186 a 191 y de 185,20 a 188 dólares por tonelada.
En su informe semanal sobre carga de buques programada para el período del 15 de enero al 12 de febrero, la BCR marcó que deben salir del Gran Rosario 626.700 toneladas de maíz; de Bahía Blanca, 134.500 toneladas, y de Necochea, 51.633 toneladas.
En su primera estimación oficial sobre la campaña de maíz 2024/2025 en la Argentina, la BCR auguró el miércoles la producción en “48 millones de toneladas, por debajo de los 52 millones que hasta el momento se tenían como cosecha potencial” en función del área que llegaría a la cosecha –6,50 millones de hectáreas– y de los rindes de tendencia proyectados. Ese volumen quedaría por debajo de los 52,50 millones de toneladas que la entidad, luego de algunos ajustes recientes, calculó para la campaña 2023/2024. “Se cumple un mes sin milímetros significativos que den auxilio a los cultivos para cortar los descuentos en rindes, cuando el maíz transita por estos días un golpe de calor con una humedad relativa muy baja. Aparte, las próximas lluvias no dejarían los milímetros necesarios. En efecto, los pronósticos dejan entrever que se trataría de acumulados muy moderados en el centro del país. Entonces, lamentablemente, temperaturas extremas, baja humedad relativa, días con vientos continuos y una radiación con valores de watts también extremos se alinearon negativamente en el momento más crítico del maíz de primera, sobre todo de los maíces sembrados en la segunda quincena de octubre”, detalló la entidad. En su reciente reporte mensual el USDA proyectó la cosecha argentina de maíz en 51 millones de toneladas.
Por su parte, la BCBA relevó el jueves el avance de la siembra de maíz argentino sobre el 95,1% de los 6,6 millones de hectáreas previstos para el grano comercial, con un adelanto interanual de 2,4 puntos. Resta cubrir unas 300.000 hectáreas distribuidas entre el NOA y el NEA. Según los gráficos que acompañan el informe, la suma entre las categorías excelente/bueno + normal de los cultivos cayó 5 puntos porcentuales –pasó del 91 a 86%, contra el 97 de igual momento de 2024–, mientras que la condición hídrica óptima/adecuada retrocedió 13 puntos –pasó del 77 al 64%, frente al 92% vigente un año atrás–, debido a las elevadas temperaturas y a la falta de precipitaciones en el centro-este del área agrícola. "Se espera que las lluvias proyectadas para los próximos días contribuyan a revertir la situación de la condición hídrica, frenando el deterioro de los cultivos y beneficiando a las regiones más afectadas", destacó la Bolsa.
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Por segunda semana consecutiva el maíz logró importantes subas en Chicago, donde el nivel de los precios del forrajero está en lo más alto desde diciembre de 2023. Los contratos marzo y mayo sumaron un 2,92 y un 2,82%, al pasar de 185,23 a 190,64 y de 188,77 a 194,09 dólares por tonelada. Como en el caso de la soja, el arranque de la semana reflejó una continuidad de la influencia alcista derivada del informe mensual que el USDA publicó el viernes 10 con recortes sorpresivos sobre los volúmenes de la cosecha y de las existencias finales estadounidenses. Además de eso, del resto de los factores que contribuyeron con la firmeza del maíz destacamos:
- El tiempo seco y cálido en la Argentina y el atraso de la safrinha en Brasil
Con un panorama similar al descripto en el espacio de la soja, el déficit de humedad que afecta amplias zonas agrícolas de la Argentina –el tercer exportador mundial de maíz– tuvo influencia alcista sobre Chicago. El jueves la GEA advirtió que la región núcleo agrícola podría producir 8,10 millones de toneladas de maíz, contra los 14,50 millones de la campaña anterior y los 9,90 millones que se esperaban si las lluvias hubieran sido normales. "Con un 37% menos de área sembrada y con una caída de 5 quintales por hectárea en el rinde promedio (fue estimado en 86 quintales) respecto del ciclo precedente, la región producirá casi 6,40 millones de toneladas menos. Muy lejos de las mayores producciones maiceras de los últimos 10 años", se indicó en el reporte. La GEA añadió que la condición del maíz en la región núcleo sufrió una gran caída en los últimos días. "Los lotes excelentes desaparecieron y el 45% del área cultivada, unas 550.000 hectáreas, se clasifican ahora como regulares a malos. Solo un 15% del área permanece en estado bueno, mientras que el 40% restante mantiene condiciones muy buenas. El noreste bonaerense es el sector más afectado, con el 78% de los cuadros en mal estado". En cuanto a la safrinha de Brasil, que es la que responde por poco más de 75% de la oferta total de maíz en el país, el lunes la consultora AgRural señaló que como la cosecha de soja aún es lenta, la siembra se limita a unas pocas parcelas irrigadas en Mato Grosso y en Goiás. "El patrón de lluvias frecuentes y la prioridad en la siembra de la segunda cosecha de algodón hacen que los trabajos con el cereal aún estén inactivos. En Paraná y en el sur de Mato Grosso do Sul hay algunos movimientos en parcelas de secano, pero también sin sumar porcentajes relevantes", detalló AgRural. En el inicio de la semana la Conab relevó el avance de la siembra de la safrinha sobre el 0,2% del área prevista, frente al 1,2% del año anterior. De momento la situación no es preocupante, pero el mercado la seguirá de cerca, dado que la ventana ideal para la implantación en acotada y no deja mucho margen para demoras.
- El recorte en la previsión de cosecha argentina
Atado a lo antedicho, y como se amplió en el espacio del mercado argentino, el recorte de 4 millones de toneladas de maíz hecho por la BCR el miércoles entre la primera estimación oficial de cosecha y las expectativas previas tuvo influencia alcista sobre el mercado, dado que obligaría a rever el volumen de las exportaciones.
- La oferta de Brasil, lejos de la previsión del USDA
En su informe mensual el martes la Conab redujo mínimamente su previsión sobre la cosecha brasileña de maíz, 119,63 a 119,55 millones de toneladas (ajustó de 22,61 a 22,53 millones la primera cosecha, pero sostuvo en 94,63 millones la safrinha), mientras que las exportaciones las volvió a proyectar en 34 millones de toneladas. Una vez más fue revalidada la amplia brecha entre estas cifras y las del USDA, que el viernes anterior estimó la cosecha y las exportaciones brasileñas en 127 y en 47 millones de toneladas, respectivamente. También, la consultora AgResource ajustó su previsión sobre la producción de maíz, de 123,56 a 122,39 millones de toneladas, tras achicar de 24 a 23,57 millones la primera cosecha y de 97,20 a 96,33 millones el resultado de la safrinha.
- Buen volumen para las ventas semanales de EE.UU.
Fue positivo el informe semanal sobre las exportaciones estadounidenses, dado que en él el USDA relevó el jueves ventas de maíz 2024/2025 por 1.024.200 toneladas, por encima de las 445.000 toneladas del reporte anterior y del rango previsto por los operadores, de entre 500.000 y 1.000.000 de toneladas. "Las ventas netas aumentaron notablemente respecto de la semana anterior, pero no cambiaron en la comparación con el promedio de las últimas cuatro semanas", señaló el organismo, que marcó a Japón y a Corea del Sur como principales compradores, con 281.300 y con 281.200 toneladas, respectivamente.
- La firmeza del petróleo y la "reconstrucción" del real
En las últimas cuatro semanas el valor del petróleo trepó un 11,39%, al pasar de 69,46 a 77,37 dólares por barril. Esto siempre resulta estimulador para la industria de los biocombustibles y en particular para el etanol, que según las previsiones del USDA en la actual campaña demandará el 37% de la cosecha estadounidense (139,71 sobre 377,63 millones de toneladas), un porcentaje más alto del usual, que suele oscilar del 34,50 al 35,50. En paralelo, en las últimas tres semanas el real se apreció un 2,18% frente al dólar –la paridad pasó de 6,1969 a 6,0620 reales por dólar–, lo que mejoró, al menos parcialmente dentro del importante movimiento devaluatorio que la divisa brasileña registró en 2024, la competitividad de las exportaciones estadounidenses de maíz.