Estadísticas de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Latinoamérica, indicaron que el valor interanual del maíz blanco subió entre un 70 y un 80 por ciento en Honduras y Nicaragua, mientras en Argentina y Chile el del trigo aumentó un 90 por ciento en mayo.

Dicho movimiento es muy superior al registrado en el mismo periodo de 2021, lo que amenaza con empeorar la inseguridad alimentaria (carencia de acceso regular o suficiente a la comida).

La combinación de la escasez de producción de algunos cultivos básicos y los efectos del conflicto en Ucrania, incluido el aumento de los costos de producción y transporte, impulsan incrementos importantes en las cotizaciones, agregó un informe de la oficina de coordinación de ayuda humanitaria de la ONU.

De acuerdo con esa entidad la actual situación podría exacerbar la inseguridad alimentaria en toda la región, especialmente en Guatemala y Honduras, donde 7,2 millones de personas ya se enfrentan a niveles agudos de esa condición.

El panorama es mucho más crítico en las comunidades que acogen a una gran población de refugiados y migrantes, de los cuales se prevé que más de 3,5 millones -el 80 por ciento ubicados en Colombia, Perú y Ecuador-, necesitarán asistencia alimentaria este año.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) afirmó en su informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, que 56,5 millones de personas sufrieron hambre en 2021 en América Latina y el Caribe, mientras que 268 millones padecieron inseguridad alimentaria.

El documento significó que en solo dos años (entre 2020 y 2021), otros cuatro millones de latinoamericanos se sumaron a los millones que no comen de forma regular ni suficiente.

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