La semana pasada se conoció el informe de stock del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) que impulsó una nueva suba de los granos.

Davy Dufour analista de mercados y director de la empresa Dufour Commodities dijo desde “hace unos seis años que no se daban precios así”, y consultado sobre las posibilidades de una caída de los mismos señaló que “los stock no se recomponen rápidamente, para eso hay que esperar a la próxima cosecha” lo que asegura que por un tiempo los precios seguirán siendo buenos.

“Estados Unidos ya tiene un porcentaje muy alto vendido de la cosecha próxima, o sea que no va a dar para recuperar mucho stock, por eso avizoro uno o dos años con precios buenos”, subrayó, y aclaró que “decir buenos precios es que tal vez no estén a U$S 500 o U$S 550, pero si están a U$S 450 también es un buen dato”.

Advirtió que la suba de la oleaginosa en el mercado mundial puede generar un incremento en el precio de los insumos, cosa que ya se ha observado en el pasado. “Hace unos meses el glifosato valía 3 dólares, hoy está cerca de 4 y calculo que en unos meses puede llegar a valer 6 dólares”. Si aumenta no será por decisión de los operadores locales sino “porque los proveedores fabricantes del producto lo suben”.

LAS LLUVIAS Y GROBOCOPATEL.

El informe del USDA de ayer se refirió a los stocks, un dato relevante en el valor de los granos pero no el único, ya que el clima y las precipitaciones o la falta de éstas también inciden de forma importante porque afectan los rendimientos y la producción. “A los stocks apretados y a la demanda china se suma el factor climático en Sudamérica, eso hace que todo los precios vayan para arriba”, destacó Dufour.

En Uruguay el clima ha sido causa de preocupación de nuestros productores, pero las últimas lluvias “ayudan enormemente a los cultivos”. Fueron precipitaciones que “calan 4 o 5 centímetros en el suelo, no mucho más de eso, de todas formas hace que el cultivo siga avanzando. Ahora se anuncian 30 o 40 milímetros para el próximo fin de semana, si se da ese milimetraje será espectacular”, estimó el analista.

La soja es un cultivo “muy dependiente” de las lluvias, “pero en diciembre y enero con poca agua sigue avanzando, es en febrero cuando más la precisa porque está en la etapa de floración, cuando se forma el grano, ahí realmente precisa el agua, si no llueve en febrero estamos fritos”, comentó.

“Tenemos anunciado un año Niña, con ese anuncio se podía esperar que la siembra fuera dificultosa, que se sembrara fuera de fecha, pero en realidad no fue así porque no tuvimos grandes lluvias pero las que hubo ayudaron a sembrar y mucha de la siembra se hizo dentro de la fecha estimada. Los cultivos nacieron, tuvimos buenos nacimientos y tenemos buenos cultivos. Cada diez días hemos recibido poca agua, pero suficiente para que los cultivos sobrevivieran y se desarrollaran. Lo que pueda pasar es que sean plantas más chicas y eso nos pone ante un cultivo que seguimos de forma expectante. Las últimas lluvias y las próximas ya anunciadas para el fin de semana que viene, si se dan, serán fundamentales para llegar a febrero con rindes normales sin ser un año normal. Si logramos eso y con la soja al precio actual sería espectacular”, explicó.

Recordó que hace algunos años Gustavo Grobocopatel visitó Uruguay y recorrieron las chacras para observar el estado de los cultivos, “era en enero y hacía mucho que no llovía. Gobocopatel dijo que las chacras estaban muertas y que no se sacarían ni 500 kilos. Pero a fines de enero llovió, siguió en febrero, y fue una zafra record. La soja es así, responde con una lluvia oportuna o con lluvias regulares cada 15 días”.

Lo que pasa es que “todo tiene su detalle. Cuando la soja sufre con la seca las raíces se van para abajo, quedan bien enraizadas y eso la ayuda a resistir, pero si planta se desarrolla con agua por buenas lluvias, las raíces son superficiales, y toman el agua superficial”, acotó.

EL PRODUCTOR NO HA FIJADO EL PRECIO.

El director de Dufour Commodities, explicó que los productores uruguayos han sido cautos y en su mayoría no han vendido la soja analizando el comportamiento del mercado, aunque hay un porcentaje de un 20 o 25% que se compromete a la venta sin poner precio. “Es lo que los productores necesitan para llevar a un banco, un contrato de soja para poder operar y obtener liquidez que le permita sembrar”, el contrato es un respaldo.

El mercado es muy dinámico y cuando comenzó la carrera alcista la soja estaba en algo más de 300 dólares. Cuando la soja que se va a cosechar en mayo llegó a los 350 hubo quienes fijaron el precio pero en poco volumen. Después la soja siguió su recorrido ascendente y “prácticamente no hubo más fijaciones porque todas las semas sube, puede retroceder un día, pero sube dos, entonces los productores no han tomado posición”. El razonamiento es simple: ¿para qué apurarse a vender un producto que sube todas las semanas? “El productor está observando y va a vender cuando pare de subir y tenga una caída”. (En base a artículo de La Mañana con adaptaciones para TodoElCampo).

Fuente: Todo El Campo