Mensajes clave

  • La pandemia de COVID-19 es una crisis mundial que ya está afectando al sector de la alimentación y la agricultura. Es preciso adoptar medidas inmediatas para garantizar la continuidad de las cadenas de suministro de alimentos -a nivel nacional e internacional- a fin de mitigar el riesgo de perturbaciones importantes que tendrían consecuencias considerables para todos, en especial para la población más pobre y vulnerable.
  • Aunque las interrupciones en la cadena de suministro de alimentos son -por ahora- mínimas, la situación ya ha planteado diversos retos logísticos. Los alimentos deben ser transportados a través de las fronteras sin restricción alguna y de conformidad con las normas actuales de inocuidad alimentaria.
  • Para mitigar los efectos de la pandemia en la alimentación y la agricultura, la FAO insta a los países a satisfacer las necesidades alimentarias inmediatas de sus poblaciones vulnerables, impulsar sus programas de protección social, continuar con el comercio mundial de alimentos, mantener la cadena de suministro nacional y contribuir a desarrollar la capacidad de los pequeños agricultores para aumentar la producción alimentaria.
  • Los países en situación de crisis humanitaria están particularmente expuestos a los efectos de la pandemia de COVID-19. Aunque sus propias necesidades internas puedan estar aumentando como consecuencia de la pandemia, es fundamental que los países donantes garanticen la prestación continua de ayuda humanitaria en aquellos lugares en los que la inseguridad alimentaria ya sea elevada. La enfermedad no entiende de fronteras. Si no se controla en un lugar, toda la humanidad seguirá estando en peligro.
  • Aunque se está investigando el posible origen animal del nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), la propagación y desarrollo de la pandemia humana actual se debe a la transmisión entre personas.
  • Por el momento, no existen datos que pongan de manifiesto la contribución de los animales a la propagación del COVID-19. Como norma general, siempre hay que lavarse las manos antes y después de interactuar con cualquier tipo de animal.
  • La carne de ganado sano cocinada a fondo continúa siendo inocua para el consumo. Las personas no deben manipular, sacrificar, condimentar, vender, preparar o consumir carne que provenga de animales silvestres o de ganado que esté enfermo o que haya muerto por causas desconocidas. No se debe consumir carne silvestre cruda ni platos no cocinados que contengan sangre de animales silvestres, ya que tales prácticas colocan a las personas en un alto riesgo de contraer muchos tipos de infecciones.
  • Se debe informar a las autoridades de sanidad animal sobre cualquier morbilidad o mortalidad animal inusual.

Fuente: 

www.fao.org/americas/publicaciones-audio-video/covid19-y-sistemas-alimentarios/es/