Pese a que el brote de langosta voladora o chapulín que apareció a finales de agosto en una plantación de maní en León no ocasionó daños, especialistas advierten que de no tomarse medidas preventivas esta plaga podría provocar afectaciones “considerables”, especialmente a la producción de granos básicos durante la siembra de primera del ciclo agrícola 2018-2019, que arranca en mayo de cada año.

Una alerta emitida por el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (Oirsa) en septiembre pasado advierte que la presencia a finales de agosto de un brote de esta plaga en una plantación de sesenta manzanas de maní en Malpaisillo, León, puso en riesgo todas las áreas productivas aledañas.

“Lo que apareció aquí fue una mancha, pero no comió, por tanto no causó ningún daño económico, porque andaban en la fase de madurez y las langostas mientras crecen se quedan en fase de letargo, escondidas, como dormidas, pero cuando entran en su fase de reproducción salen en bandada a buscar alimento. Por eso la alarma va a ser en mayo porque toda esa mancha de langosta que vimos en agosto con las primeras lluvias de mayo va a salir con toda la fuerza a buscar alimento”, advierte Danilo Cortez, secretario ejecutivo de la Asociación de Agricultores de León (Adal).

Y aunque la plaga no causó daños, Oirsa señala que “la langosta se reproduce y permanece en los territorios de una manera controlada. Sin embargo, cuando las condiciones climáticas son favorables para su reproducción se desarrollan mangas de millones de individuos que se desplazan a donde existen mejores condiciones de sobrevivencia, es decir disponibilidad de alimento”.

Oirsa también señala que históricamente el territorio que ocupan los países de la región ha sido susceptible al ataque de la langosta voladora, siendo una de las plagas agrícolas más antiguas y devastadoras debido a que afecta una diversidad de cultivos, entre ellos los de granos básicos, caña de azúcar, hortalizas, maní, frutales y pastizales”.

Lo importante es prevenir

Dado que para evitar el daño que puede provocar esta plaga cuando la langosta alcanza su ciclo de vida reproductivo hay que invertir en la aplicación de químicos, según Cortez, los pequeños productores de granos básicos, principalmente de maíz, serían los más afectados, ya que no cuentan con recursos para garantizar la aplicación de estos productos. “Pero hay que estar preparados porque eso va a venir fuerte”, asegura Cortez.

Por su parte Norvin Sepúlveda, coordinador técnico del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), dice que como los granos básicos en su mayoría los producen pequeños productores que manejan sus plantaciones “sin insumos” ellos serían los más afectados, entonces lo que queda es prevenir.

“Para evitar que este animalito se reproduzca hay que hacer prácticas culturales de prevención, es decir poner trampas con alimentos, como basureros con alimentos para que ellos lleguen, se concentren y ahí se puedan destruir. Esto hay que hacerlo antes de que se reproduzcan porque si se empiezan a reproducir lo hacen increíblemente rápido”, explica Sepúlveda.

También, según el técnico del Catie, hay que realizar un monitoreo constante y un recuento de los animales para tener una idea de si están aumentando o en fase latente, “para prevenir antes de lamentar porque esta plaga puede ser fatal, especialmente para el maíz, ya que es su producto preferido, aunque les gusta también el sorgo y al final comen lo que encuentran”, dice Sepúlveda.

Oirsa en tanto alertó a los productores de México y Centroamérica “prestar la máxima atención sobre el desarrollo y afectación que la plaga pueda tener en la región”.

Focos históricos

Según el secretario ejecutivo de la Asociación de Agricultores de León (Adal), Danilo Cortez, en Nicaragua las zonas históricamente propensas al ataque de la plaga de langosta voladora o chapulín ha sido San Francisco Libre y costa del lago norte en Managua, Somotillo, Villanueva y Cosigüina en Chinandega.

Sin embargo, un vez que se desarrolla la plaga es capaz de migrar hacia cualquier zona en busca de alimento.

“El otro año no sabemos cómo va a reventar la plaga, de lo que sí estamos seguros es que va a venir muy fuerte y hay que estar preparados”, advierte Cortez.

Fuente: La Prensa