Giro. Gracias a la ampliación del área productiva y el incremento de los rendimientos agrícolas, los arroceros del país hoy satisfacen la mayor parte de la demanda de arroz nacional, contrario a hace 15 años, cuando se importaba cerca del 70% del grano.

El arroz es uno de los pocos cultivos de Nicaragua que han logrado mejorar sus rendimientos agrícolas.

“En el 2014, el rendimiento promedio de la producción de arroz de riego en Nicaragua fue de aproximadamente 91 quintales de arroz en granza seca y limpia por manzana. Esto representa un 62% de crecimiento, si lo comparamos con lo obtenido en el año 1999”, afirma Wilfredo Bejarano, secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR) y director ejecutivo de la Federación Centroamericana del Arroz (Fecarroz).

¿A partir de cuándo comenzó a mejorar el rendimiento agrícola del arroz?

A partir de la implementación del Programa de Apoyo al Productor Arrocero (PAPA) en el año 2001, como una política de fomento a la producción arrocera en nuestro país, impulsada por la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR), la Asociación Nicaragüense de Procesadores de Arroz (Proarroz) y los gobiernos de turno.

La producción del arroz en Nicaragua ha venido experimentando un marcado crecimiento, lo cual nos ha permitido retomar el liderazgo en la producción de arroz en Centroamérica, proveyendo el 52% del total de la producción de esta región. Además nos permitió avanzar en el ranking mundial de los mejores productores de arroz, al ubicarnos en el lugar número 48.

En 2011, la producción había crecido en más de un 100%, con respecto al año 2000. En el año 2012 se logró una producción récord de 5.7 millones de quintales de arroz oro. Eso equivale a un 44% de crecimiento respecto al 2002.

Aunque actualmente la producción se ha visto afectada por los efectos del cambio climático, la tendencia sigue siendo a crecer. Según cifras oficiales, cada año los nicaragüenses consumimos 126 libras de arroz per cápita.

Según el Banco Central de Nicaragua el rendimiento promedio fue de 71.4 quintales por manzana en el 2014 y ha superado en ocasiones los 80 quintales.

¿Cuál es el rendimiento promedio en la actualidad, según ANAR?

En el 2014, el rendimiento promedio de la producción de arroz de riego en Nicaragua fue de aproximadamente 91 quintales de arroz en granza seca y limpia por manzana. Esto representa el 62% de crecimiento si lo comparamos con lo obtenido en el año 1999. En cuanto al área producida las cifras nos indican un incremento del 41% en arroz de riego en este mismo periodo.

Es importante destacar que Nicaragua, según cifras oficiales, en el 2014 produjo aproximadamente 230,000 toneladas métricas de arroz oro, de las cuales el 80% fue aportado por la producción de arroz de riego.

¿Cómo consiguió el sector del arroz mejorar su rendimiento agrícola?

Al convertirse el programa PAPA en una política de fomento a la producción arrocera, impulsada por ANAR, Proarroz y los gobiernos de turnos. Este programa ha permitido avanzar hacia el desarrollo tecnológico y reconversión agronómica en el manejo del cultivo del arroz en Nicaragua.

Actualmente, gracias al crecimiento sustancial de la producción local, como consecuencia de la ampliación del área productiva y el incremento en los rendimientos de campo, principalmente en la producción de arroz de riego, estamos produciendo aproximadamente el 70% del consumo nacional, con miras a la autosuficiencia alimentaria total, en lo que se refiere al arroz en nuestro país.

Con esto se demuestra que hemos logrado revertir la matriz importadora del país en el rubro arroz, ya que hace 15 años estábamos importando el 70% del consumo nacional.

Si bien es cierto que los avances del sector productivo han sido satisfactorios, se debe de reconocer que el desarrollo tecnológico es un proceso continuo y dinámico, que exige un esfuerzo igualmente sostenido.

¿Qué han hecho en ese sentido los arroceros?

La estrategia de desarrollo del sector arrocero que ha venido implementando ANAR en los últimos 15 años ha consistido en la consolidación e integración de la cadena productiva e industrial del arroz; la creación de un fondo que permitió la consolidación del sistema de investigación y desarrollo tecnológico del cultivo del arroz, que ha permitido incrementar nuestra productividad a través de nuevas prácticas de manejo del cultivo y generación de mejores variedades de semilla de arroz.

Otras acciones son la renovación de maquinarias y equipos agrícolas, ya que por la estabilidad brindada al sector por el programa PAPA se ha generado una mayor apertura de la banca privada nacional e internacional; la implementación de un programa de mejoramiento genético de nuevas variedades de semilla de arroz; la promoción a la industria de semilla de arroz en Nicaragua; alianzas estratégicas con instituciones de investigación y desarrollo, tanto internacionales como locales, como el INTA (Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria), Upanic (Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua), Funica (Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario y Forestal de Nicaragua), Fecarroz (Federación Centroamericana del Arroz), FLAR (Fondo Latinoamericano del Arroz para Riego), IRRI (Instituto Internacional de Investi-gación del Arroz), CIAT (Centro Internacional de Agricultura Tropical), entre otros.

Se ha dado también la implementación del Programa Acelerado de Transferencia de Tecnología para el Cultivo del Arroz en Nicaragua, tomando en cuenta los factores del cambio climático más influyentes en el arroz como temperatura y precipitaciones.

Y la participación activa en los diálogos permanentes que ha impulsado el gobierno de turno, a través del Sistema de Producción, Consumo y Comercio, liderado por el Ministerio Agropecuario (MAG) de nuestro país.

¿Cuál es la meta del sector para mejorar más la productividad?

En el sector arrocero nicaragüense hemos avanzado mucho en el proceso de reconversión agronómica y tecnológica del cultivo del arroz, sin embargo aún tenemos problemas estructurales que afectan de manera transversal la producción agropecuaria en general, como costo de la energía eléctrica, el costo de los combustibles, la carencia de un plan nacional de riego, etcétera.

Todo ello nos impide ser competitivos con el arroz procedente de otros países, donde los productores reciben apoyos internos (subsidios) de sus gobiernos.

Por lo tanto, los productores e industriales del arroz, organizados en ANAR y Proarroz, respectivamente, debemos continuar manteniendo integrada la cadena agroalimentaria del arroz, como lo hemos hecho en los últimos 15 años, proveyendo de propuestas inteligentes a nuestras autoridades, que les permitan explorar diferentes alternativas en materia comercial, para crear mecanismos compensatorios ante las asimetrías competitivas que se tienen con el arroz procedente de los Estados Unidos, que promuevan el consumo del arroz producido en nuestro país.

Es importante que nuestras autoridades, en estos momentos que nos aproximamos al proceso de desgravación arancelaria del arroz dentro del marco del tratado de libre comercio firmado con los Estados Unidos (DR-Cafta), reconozcan que una unión aduanera imperfecta genera más problemas que beneficios, y que afecta especialmente a las economías pequeñas como la nuestra.

Wilfredo Bejarano Silva.


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Wilfredo Bejarano Silva.

Ingeniero agrónomo. Secretario ejecutivo de ANAR.
Wilfredo Bejarano es secretario ejecutivo de la Asociación Nicaragüense de Arroceros (ANAR) y director ejecutivo de la Federación Centroamericana del Arroz (Fecarroz). Representa a ANAR ante el Fondo Latinoamericano del Arroz para Riego (FLAR) y la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic).

Bejarano ha trabajado más de 16 años en el sector arrocero, tanto a nivel de campo, como en la conducción y liderazgo de proyectos relacionados con la investigación y desarrollo de la producción, industrialización y comercialización arrocera de Nicaragua.

Es ingeniero agrónomo y cuenta con una maestría en Economía, con mención en Proyectos de Inversión. Además, tiene posgrados en Derecho de Propiedad Intelectual y en Formulación, Evaluación y Administración de Proyectos de Inversión.